Se hace muy difícil que la música urbana dominicana desde el hepap pasando por el dembow hasta el merengue callejero, logre penetración y enganche en propuestas internacionales.

Hay algunos talentos, pero con mentalidad barrial. En el mundo musical esperan figuras. No es necesario ser feo o bonito. La música entra por el sentido de la vista, luego pasa al oído, lo que no se ve bien, no se oye bien. Por las razones que fuesen nuestra propuesta urbana luce sudorosa con un exceso de grasa físico y mental. Da la impresión que hiede. El origen, su escasez limita y casi destruye nuestros talentos. Su ausencia en el campo del estudio, de la lectura y mucho más en la escritura es notoria. El abrazo a un vicio exagerado le impide ver lo que mas allá de nuestras playas hay.

A poca distancia nuestra, Puerto Rico. Un mundo radicalmente opuesto al nuestro. La música urbana crece y con ellos emergen figuras de alcance, algunos de ellos continental. Es de destacar la unión de sus intérpretes. No importa el genero al que se dediquen, el boricua respeta en el mundo artístico el talento de cualquiera sin importar edades y sexo.

Hasta que no comprendamos estas y otras razones expuestas, la nuestra se quedara en nuestras regiones, barrios, en las polvorientas calles en donde han nacido. Y esto es penoso, porque hay talento. Sin guía, sin orientación…

En el arte como en cualquier profesión la preparación personal es FUNDAMENTAL. Seguro estoy de que estas palabras para alguno, serán de muy mal gusto, pero lo que nacimos para enseñar no podemos esconder verdades.